Cusco es una ciudad sumamente mística. Se le conoce por haber sido la capital
del imperio Inca, pero su historia comienza mucho antes. Hoy en día sigue
siendo el centro del universo para muchos, ya que por alguna razón a
Cusco le estiman ser el “ombligo” del mundo.

LUGARES DE CUSCO

"APORTANDO A LA CULTURA DE NUESTRA REGIÓN"
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LEYENDAS

LOS HERMANOS AYAR

Según este mito, en tiempos muy remotos aparecieron cuatro hermanos con sus respectivas hermanas que al mismo tiempo eran sus esposas: Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Ucho y Ayar Auca, todos los cuales salieron de unas cuevas o pacarinas ubicadas en el cerro Tamputocco que qued
a en el lugar llamado Pacaritambo, cerca a Paruro, al sur del Cusco.Pacarina quiere decir, precisamente, lugar de origen; y ellos, en busca de una tierra fértil donde residir, emigraron rumbo al norte, hacia el Cusco.
Varios años duró este peregrinaje, en los cuales sucedieron hechos prodigiosos, como la transformación de Ayar Cachi en Huamán o gavilán, y la transformación de Ayar Ucho en ídolo de piedras que después se le llamó huaca de huanacauri.
Mientras tanto, Ayar Auca, convertido en ave tomó posesión del sitio donde después fue levantado el templo del sol; luego de lo cual también se transformó en ídolo o huaca de piedra. 

  MANCO CAPAC Y MAMA OCLLO

 Esta leyenda expresa que en épocas muy antiguas el dios sol compadecido del salvajismo y barbarie en que vivían los pueblos, se compadeció y decidio enviar a dos de sus hijos para que emprendieran una campaña de enseñanza y aprendizaje hasta convertirlos en verdaderos seres humanos.
A esos hijos suyos, llamados Manco Cápac y Mama Ocllo, los despidió en el lago Titicaca, de donde salieron a recorrer la tierra andina.
Les dio una vara de oro para que la enterraran en todos los lugares a donde llegaran, y se quedasen afincados en el sitio donde esta se hundiera.
Emigraron al norte, llegaron a Tamputocco, del cual pasaron a Huanacauri y por fin penetraron al valle del Cusco, donde la vara se hundió en el suelo.
Allí se quedaron y dando cumplimiento al mandato del dios sol, se arraigaron para formar un pequeño señorío.
Manco Cápac entonces, se dedicó a enseñar todas las artesanias, técnicas y demás obras necesarias para sacar a los hombres andinos de su primitivismo; Mama Ocllo, por su lado, hacia lo mismo respecto a las mujeres.
Así dice la leyenda, es cómo los peruanos aprendieron las técnicas de la agricultura, ganadería cerámica, textilería, Arte culinario, etc.

  OLLANTAY

El general de los ejércitos incas, Ollantay, es un guerrero de origen plebeyo que por sus excelentes servicios ha sido elevado a la nobleza de privilegio y se le han concedido numerosos premios. Pero se enamora de Cusi Coyllur (Lucero Alegre o Estrella), hija del Inca Pachacútec (El restaurador del mundo), amor prohibido, pues de acuerdo a las leyes de Imperio, nadie, salvo otro de linaje inca, puede casarse con una princesa. No obstante, Ollantay, enceguecido por el amor, se une a Cusi Coyllur, secreto que comparte la reina madre Ccoya o Anahuarqui.Pese a los augurios en contra que le da el Huillac Uma o sumo sacerdote, Ollantay decide pedir al Inca que apruebe formalmente su unión con Cusi Coyllur. Pachacútec le recuerda a Ollantay su origen humilde y le señala su increíble audacia
de querer “subir demasiado alto”; luego, enfurecido, lo expulsa de su presencia. Cusi Coyllur es encerrada en un calabozo de la casa de mujeres escogidas o Acllahuasi, donde deberá expiar su falta; allí dará a luz una niña, fruto de su amor con Ollantay, a la cual llamará Ima Súmac (Bella Niña).
Ollantay, al enterarse que Cusi Coyllur ya no está en el palacio de la reina madre, cree que ha sido asesinada y decide abandonar el Cuzco, junto con Piqui Chaqui (Pies de pulga), su confidente y servidor, no sin antes amenazar con volver y destruir la ciudad imperial. Se instala en la ciudad que lleva su nombre, Ollantaytambo, donde se atrinchera y se hace independiente, dispuesto a resistir con las armas a las huestes del Inca.

El Inca ordena a su general Rumi Ñahui (Ojo de Piedra) que reúna fuerzas y marche a combatir a Ollantay. Por su parte, Ollantay envía a su general Orco Huarancca (Mil Montañas) quien tiende a Rumi Ñahui una emboscada en un desfiladero, derrotándolo. Diez años después el Inca Pachacútec muere sin haber conseguido su deseo de derrotar a Ollantay; le sucede su hijo Túpac Yupanqui (El estimado por la realeza).

Mientras tanto, en el Acllahuasi, Cusi Coyllur tiene a su favor a una de las acllas o vírgenes del Sol, Pitu Salla, pero como fiera oponente a la dura Mama Caca (Madre Roca), la gobernanta del Acllahuasi. No obstante haber pasado diez años de férrea prisión, Cusi Coyllur aun conserva alguna esperanza de salir de ella. Su hija, Ima Súmac, ha sido criada por Pitu Salla como una escogida más, pero sin enterársela nada de sus padres; la niña descubrirá por casualidad a su madre, proponiéndose desde entonces ir donde el nuevo Inca a fin de pedir clemencia para ella.

Mientras tanto, Túpac Yupanqui se propone derrotar y capturar a Ollantay, para lo cual envía a Rumi Ñahui, quien le promete rehabilitarse de su anterior derrota. Esta vez Rumi Ñahui decide emplear la astucia: se presenta ante Ollantay cubierto de heridas y pretende que así lo ha tratado el nuevo Inca; de esa manera se gana su confianza y aprovechando una fiesta nocturna, abre las puertas de Ollantaytambo para dar acceso a sus tropas, las cuales, sin ninguna resistencia, logran capturar a Ollantay, a Orco Huarancca y a otros oficiales, que son llevados al Cuzco, ante la presencia de Túpac Yupanqui. Éste pregunta a sus consejeros qué debería hacer con los rebeldes. El Huillac Uma, que siempre hace de pacificador, pide clemencia; más Rumi Ñahui pide la muerte de ellos. Túpac Yupanqui aprueba la pena capital; pero a último momento no solamente perdona a los rebeldes, sino que les confiere puestos todavía más altos. Ollantay es nombrado general mayor y lugarteniente del Inca en caso de ausencia de éste por asuntos bélicos. Orco Huarancca es nombrado jefe del Antisuyo.

Pero Ollantay tendrá otra dicha más por recibir: su reencuentro con su amada Cusi Coyllur. Ello ocurre en efecto, gracias a la casualidad: Ima Súmac, desde su niñez valiente, ingresa al palacio imperial y se arrodilla ante la presencia del Inca, pidiéndole piedad para su madre, encadenada en lo más recóndito del Acllahuasi. Aunque por el momento no sabe de quién se trata, el Inca se interesa por el asunto y junto con Ollantay se dirige al Acllahuasi, donde encuentran a la mujer prisionera, que más que persona les parece un espectro cubierto solo por su larga cabellera. Finalmente el Inca reconoce en ella a su hermana (lo que es una bonita anagnórisis) de cuyos labios oye su penosa historia. Entonces Túpac Yupanqui, magnánimo, la libera y allí mismo la desposa con Ollantay, terminando así, con final feliz, el drama inca.

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