El Cruzvelacuy y la Historia de la Primera Cruz hecha en el Cusco
Cuando los españoles llegaron al Cusco; aquel fatídico el 15 de
noviembre de 1533. Haciendo su ingreso a la majestuosa capital del
Tahuantinsuyo por el antiguo barrio Inca de Carmenqa, por la muy
conocida “Calle de la Conquista” quedando maravillados por la grandeza y
esplendor de la Ciudad Imperial.
Aquel reducido grupo de conquistadores, mando a colocar en lo alto del
monte llamado Carmenqa (lugar que luego daría espacio para la ubicación
del templo de Santa Ana) una Cruz de Madera sobre la cual grabaron con
sus navajas los nombres de todos aquellos conquistadores que llegaron
por primera vez al Cusco. Así pues esta Cruz fue la primera que fue
erigida en la Capital del Imperio. Con el paso del tiempo y al crecer el
odio y resentimiento de los descendientes de los Incas hacia los
españoles y viendo estos a sus símbolos como instrumentos de su
sometimiento, quemaron la antigua Cruz de Madera, mostrando de este modo
su descontento con el accionar de los españoles.
Al paso de los años la antigua Cruz de Madera fue reemplazada por la
Cruz de Piedra que actualmente se encuentra al lado izquierdo de la
puerta principal del templo de Santa Ana (la cual curiosamente se
encuentra sobre una huaca inca que disimulada como parte de la
mampostería del pequeño anden sobre el cual se erige el templo de Santa
Ana). Esta Cruz es muy venerada y festejada por ser la Qollana de todas
las Cruces en el Cusco, es también muy milagrosa y respetada, en
especial en la fiesta grande del CRUZVELACUY CUSQUEÑO.
EL PATRÓN SAN SEBASTÍAN Y EL MITO DE LAS HUACAS DE LOS AYARMACAS
La capital del imperio de los incas fue desde siempre una ciudad
sagrada, morada de dioses y huacas, incluso antes de la llegada de los
mismos incas. En Acamama, nombre dado por los Ayarmacas que decían ser
los descendientes de Ayar Auca (el primero en llegar al Cusco,
convertido en ave, la cual se posó en el inticancha - según la leyenda
de los hermanos Ayar) vivían también otras etnias como: los poques,
antasayas y sahuasiras. Cada etnia reivindicaba su origen en una huaca o
pacarina teniéndolas como sagradas.
Los Ayarmacas (antes de la llegada de manco Ccapac y su etnia, era un
poderoso señorío que dominaba el valle del Cusco y la pampa de Anta) al
principio tuvieron una convivencia pacífica con los incas pero a medida
que estos fueron expandiéndose fueron sus opositores, hasta que fueron
dominados por Pachacuteq. A pesar de su férrea oposición inicial, luego
los Ayarmacas fueron considerados como un Hatun Ayllu por haber sido
ellos los primeros señores de la antigua Acamama luego llamada Qosqo por
los Incas.
La Ciudad Sagrada del Cusco, estaba organizado en ceques (líneas
imaginarias que partían del Koricancha) que servían para organizar las
Huacas sagradas alrededor del Cusco. Estos Ceques y las Huacas que ellos
agrupaban estaban bajo la responsabilidad y cuidado de cada una de las
panacas reales de los incas. Con dirección al Antisuyo partían 9 Ceques,
los cuales estaban a cargo de las panacas de los Incas Yawar Huaca y
Wiracocha: Awqaylli Panaca y Suqsu Panaca respectivamente. El octavo
ceque del Antisuyo tenía un nombre particular AYARMACA como
un recuerdo de los primeros señores del valle del Cusco, este ceque
agrupaba a 10 huacas 6 de las cuales eran manantiales, ante las cuales
se hacían ofrendas y sacrificios para asegurar la presencia del agua.
“hace muchos años atrás el Cusco sufrió una terrible sequía,
nuestros padres y abuelos acusaban la falta de lluvia al poco respeto de
los pagos y sacrificios que se debía hacer a las huacas sagradas, los
manantiales y los ojos de agua. Por haberles perdido respeto y por
dejarlas en el olvido. Es así que algunos de los más viejos del pueblo
decidieron viajar al Apu Awsangate para hacer un pago pidiendo por las
lluvias, para traer bloques del agua sagrada y regar las parcelas y de
algún modo llamar a la lluvia, así se hizo y al poco tiempo de volver
del Apu las lluvias volvieron, los que trajeron los hielos lo hicieron
cargados en la espalda amarrados con sogas, muchos que vieron aquello
hicieron parecer la forma de cargar el hielo a la forma como los
cargadores del Patrón San Sebastián llevaban el anda del mártir en las
procesiones del corpus christi y por eso antes en la procesión de
entrada de corpus christi del cusco los pabluchas de san Sebastián se
apuraban en regresar de Ccoyllor Ritty para acompañar al Patrón con los
bloques de hielo en las espaldas ”
Siempre me llamo la atención como al Patrón San Sebastián le Traían los
bloques de hielo los pabluchas, luego al saber que muchos antiguos
cusqueños veían en el la representación del Apu Awsangate, entendí la
razón de aquello, pero al saber luego, que la mayoría de las huacas del
ceque octavo del Antisuyo tenían relación con manantiales y ojos de agua
entendí la razón del vínculo toda vez que el Apu Awsangate es visto
como el dador del agua que fertiliza a la Pachamama y la hace fértil,
además de ser el Principal Apu Protector del Cusco. Acaso no sabemos
todos que para la fiesta de San Sebastián siempre debe llover!!
EL LORITO DE SAN SEBASTIAN:
Muchos aún recuerdan al ruidoso lorito que acompañaba al patrón san
Sebastián durante las procesiones del Corpus Christi, y como cuando
niños muchos de nosotros tratábamos de poner la máxima atención posible
para poder observarlo. Quizá muchos pensaran que su ubicación de
privilegio sea producto de la casualidad o descuido, pero la razón de
aquello era más que simbólica. En la Parroquia de San Sebastián estaba
ubicado el Hatun Ayllu de Ayarmaca, la gente de este ayllu decía
descender de Ayar Auca, el primero de los hermanos Ayar en llegar al
Cusco, que convertido en un ave se posó en el Inticancha y se convirtió
en una Huaca.
Los Ayarmaca primeros señores del valle del Cusco, decían venir del
Antisuyo y que su paqarina de origen estaba ubicada en el camino a
Yucay. Muchas veces a la gente del Antisuyo se les representaba en
pinturas agarrando loros o guacamayos del mismo modo como a san
Sebastián lo pintaron en cuadros de la escuela cusqueña con loros y
guacamayos adornando la copa de su árbol, así también no sería nada raro
saber que las ramas que adornan el tronco del árbol de la escultura del
“Chapaco” sean ramas de algún árbol del Antisuyo (selva o ceja de
selva).
así pues el lorito de san Sebastián hace referencia a su origen
selvático(del Antisuyo), recuerda la leyenda de Ayar Auca que se
convirtió en ave y luego en piedra para ser una huaca y protectora de la
ciudad, y trae a la memoria viejos grabados de los Ccapac Chunchos que
bailan sosteniendo pequeños loros y llevaban las cabezas adornadas con
plumas de guacamayo(un KERO ceremonial Inca con la escena descrita,
pueden hallarlo en el Museo Inca de la Universidad del Cusco en la Calle
del Almirante)
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